Resumen:
De acuerdo con Barón (2000) las personas con inteligencia emocional son
capaces de identificar y expresare sus sentimientos comprenderse a sí mismas,
desarrollar su potencial, llevar una vida equilibrada y feliz. Estas personas son capaces
de comprender los sentimientos de los demás, establecer y mantener relaciones
interpersonales satisfactorias y saludables sin volverse dependientes. Además, tienden
a ser optimistas, flexibles, realistas, y capaces de resolver problemas cotidianos y
afrontar el estrés sin perder el control.
La alfabetización emocional de los niños en edad preescolar a nivel mundial
hay una creciente preocupación. Según un estudio de Arcos (2021) solo el 5% de los
centros educativos en España incluyen la educación emocional en su currículo, aunque
los docentes muestran un alto nivel de manejo y disposición en esta área. Por otro lado,
en Uruguay, Martins (2019) enfatiza que las escuelas no solo deben enseñar materias
tradicionales como matemática o comunicación, sino también habilidades básicas
como la comprensión y el manejo de las emociones.